¿Sabías que Federico García Lorca actuó en el Palacio de la Magdalena junto con su grupo de teatro “La Barraca”? De hecho, en las Caballerizas podemos encontrar una placa en su honor.
Las obras teatrales de “La Barraca” se representaban por la noche durante los veranos de 1933 a 1935 en un escenario que se montaba delante de la torre de las caballerizas antiguas, que entonces se conocía como el Pabellón de la playa destinado a residencia de estudiantes.
El primer año, en 1933, los asistentes disfrutaron de la obra los Entremeses de Cervantes, Fuenteovejuna y La vida es un sueño de Calderón. Esta escenografía fue llevada a cabo por Ramón Gaya, Ponce de León y Santiago Ontañón.
En el año 1934 comenzaron las representaciones de teatro con la Égloga de Placida y Victoriano y El retablo de las maravillas, coincidiendo con el fallecimiento de Ignacio Sánchez Mejías el 13 de agosto.
El día 15 de agosto representaron El Burlador de Sevilla, de Tirso de Malina y el 17 tuvo lugar la representación de Fuenteovejuna. Ambas escenografías estuvieron a cargo también de Ramón Gaya, Ponce de León y Santiago Ontañón.
El Patronato de la Universidad envió una invitación especial a Miguel de Unamuno. El famoso escritor viajó a Santander diez días, durante los cuales dio lectura a su obra Hermano Juan o El mundo es teatro. También asistió como espectador a la obra El Burlador de Sevilla.
Además de Miguel de Unamuno, José Ortega y Gasset, el reconocido crítico Guillermo de Torre y su esposa la pintora Norah Borges, quien diseñó los trajes de la reconocida Égloga de Juan del Encina, viajaron hasta a pequeña ciudad norteña para disfrutar de las obras de teatro de García Lorca.
El último viaje de Lorca fue en 1935, año en que se celebraba el centenario de la muerte de Lope de Vega.
En aquel verano se representó de nuevo Fuenteovejuna, obra que la prensa describió como un triunfo excepcional, por su modo de representarla, de recrearla, por el talento de García Lorca y el trabajo de los actores.